Suposiciones
Hacer suposiciones no es otra cosa que buscar un drama cuando no existe ninguno. Y si el drama está teniendo lugar en la historia de otra persona ¿qué pasa? No se trata de nuestra historia; es la historia de otra persona.
Sé consciente de que casi todo lo que te dices a ti mismo es una suposición. Si eres padre, sabes lo fácil que resulta hacer suposiciones sobre tus hijos. Puedes imaginar una infinidad de cosas y creas un drama entero de posibilidades en tu cabeza. Diez minutos más tarde tu hija llega a casa luciendo una gran sonrisa. Cuando llega la verdad y todas las mentiras se disipan, comprendes que sencillamente te estabas torturando por nada. No hagas suposiciones.
Si no tomarte nada personalmente te proporciona inmunidad en la interacción con otras personas, no hacer suposiciones te proporciona inmunidad en la interacción contigo mismo, con tu voz del conocimiento, o con lo que llamamos pensar.
Las suposiciones se crean todas en el pensamiento. Pensamos demasiado y el pensamiento nos conduce a las suposiciones. Sólo pensar: “¿Y si…?”, puede generar un gran drama en nuestra vida. Todos los seres humanos podemos pensar mucho y el pensamiento trae consigo el miedo. No tenemos ningún control sobre todo ese pensamiento, sobre todos esos símbolos que distorsionamos en nuestra cabeza.
Los seres humanos tenemos la necesidad de explicarlo y justificarlo todo; necesitamos el conocimiento y hacemos suposiciones para satisfacer nuestra necesidad de saber. No nos importa si el conocimiento es verdad o no.
Hay muchas cosas que la mente no puede explicar. Cuando recuperamos toda la energía que habíamos puesto en hacer suposiciones, podemos utilizarla para crear un nuevo sueño: nuestro cielo personal.
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por don Miguel Ruiz Jr.
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One Response
Mariana Soto
Que hermoso!