Como la Hermandad de la Luz, estamos con ustedes para ayudarles cuando lo necesiten, a los que nos llamen. Nosotros oímos cada palabra, cada pensamiento y cada sentimiento. Nosotros no juzgamos. Más bien tratamos de estimularles y ayudarles a llegar a una aceptación de su propio poder y belleza. Nosotros no podemos hacer el viaje por ustedes; solamente a ustedes les corresponde hacer el trabajo, pero nosotros ayudaremos y asistiremos de cualquier manera aceptada por la Ley Cósmica. Nuestras bendiciones van para todos. Somos sus hermanos y hermanas que siempre estamos junto a ustedes. Ustedes son conocidos y amados como las almas fuertes y valientes, para emprender esta gran jornada desde la separación hacia la Unidad de Consciencia. Para ascender no es necesario ser perfecto. Incluso el más alto de los iniciados encara sus propias batallas y victorias internas. Namasté. Nos inclinamos ante el Dios y la Diosa dentro de cada uno de ustedes.
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Intercambio de energía
Regalos de la luz – Re-flexiones
Existe un continuo intercambio de energía entre las almas. Este intercambio se halla fragmentado cuando la personalidad se encuentra también fragmentada. La energía, el poder, abandona una personalidad fragmentada utilizando cada una de sus partes diferentes. Si una parte de tu personalidad teme perder el puesto de trabajo, otra tiene miedo de perder una amistad, y otra más teme enfrentarse a un compañero de trabajo desagradable, el poder escapa de ti sin que puedas controlarlo conscientemente. Así es cómo funcionan las dinámicas energéticas de una personalidad falta de energía.
Cuando la energía te abandona en medio del miedo y la desconfianza, no puede proporcionarte otra cosa que no sean molestias y dolor. Cuando la energía deja tu sistema inmerso en el miedo o la desconfianza, experimentas un sentimiento físico de dolor o de malestar relacionado con aquel determinado centro de energía que dispones para protegerte y cuidar de ti mismo en este mundo, para pagar el alquiler, por ejemplo, o para mantenerte sano y salvo de un daño físico o emocional -cuando aceptas el poder como algo externo y notas que no posees el suficiente para asegurarte tu bienestar y tu seguridad-, experimentas entonces malestar en la zona del estómago, o en la zona del plexo solar.
Aquello que denominamos ansiedad es la experiencia del poder abandonando el centro de energía localizado en esa zona del cuerpo. Un ataque de ansiedad es una pérdida masiva de potencia en ese centro de energía. La pérdida de energía afecta a aquellas partes del cuerpo que se hallan en una situación próxima. Por ejemplo, las pérdidas de poder de ese centro pueden provocar una indigestión. Si es crónica o aguda pueden llegar a ulcerar el estómago. Esa situación concuerda con tu experiencia. Determina cómo te sientes.
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Salud y fuga de energía
Cuando tienes miedo, por ejemplo, de expresar tu propio amor o el amor que recibes de otra persona, experimentas un malestar o un daño físico en la zona del pecho, cerca del corazón. Literalmente, lo que experimentamos como un ataque al corazón no es otra cosa que la experiencia de la energía abandonando, a causa del miedo o la desconfianza, ese centro energético. Nuevamente la situación que estás experimentando concuerda con tu experiencia y determina cómo te sientes.
Ésta es la experiencia de la energía que sale a través de ese centro energético. Eso es, ni más ni menos, que la pérdida de energía del centro situado en el corazón. Esa pérdida de energía cuando es crónica o aguda, desemboca directamente en un ataque al corazón. Es algo que va mucho más allá de los infartos de miocardio, de la angina de pecho, del colesterol en la sangre y de cualquier otra de las condiciones del sistema físico.
Todos los trastornos y disfunciones del cuerpo físico, todas las enfermedades, se pueden entender en términos de energía perdida debido a una circunstancia o a un objeto externo y que nos abandona por cualquiera de los diferentes centros energéticos que tenemos en el cuerpo. Pierdes poder cuando te enfureces ante la injusticia. Pierdes poder cuando te sientes amenazado por otra persona o por otras gentes. Pierdes energía cuando te distancias de tus prójimos por el resentimiento o la amargura, o por un sentimiento de desacuerdo, de indignidad o de superioridad. Pierdes poder cuando anhelas alguna cosa o a alguien, cuando te lamentas o cuando envidias a alguien. Por debajo de todo ello se encuentra el miedos el miedo a ser vulnerable, de que no seas capaz de desarrollarte sin la persona o la situación que se te escapa, que te encuentras en desventaja frente aquel a quien envidias.
Pierdes poder siempre que tengas miedo. Y eso es lo que significa la pérdida de energía. Y no dejas de perder energía cuando te niegas a reconocer tu miedo, manteniendo los sentimientos en estado de letargo. El camino que conduce al poder auténtico se realiza siempre por medio de los sentimientos, a través del corazón. La vía del corazón es la de la compasión y la percepción emocional. En consecuencia, nunca es adecuado reprimir una emoción o sentir desprecio por aquello que sientes. Si no sabes qué sientes nunca llegarás a conocer la naturaleza fragmentada de tu personalidad ni a enfrentarte por ello a aquellos aspectos y energías que no contribuyen a potenciar tu desarrollo y tu Ascensión.
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