Como la Hermandad de la Luz, estamos con ustedes para ayudarles cuando lo necesiten, a los que nos llamen. Nosotros oímos cada palabra, cada pensamiento y cada sentimiento. Nosotros no juzgamos. Más bien tratamos de estimularles y ayudarles a llegar a una aceptación de su propio poder y belleza. Nosotros no podemos hacer el viaje por ustedes; solamente a ustedes les corresponde hacer el trabajo, pero nosotros ayudaremos y asistiremos de cualquier manera aceptada por la Ley Cósmica. Nuestras bendiciones van para todos. Somos sus hermanos y hermanas que siempre estamos junto a ustedes. Ustedes son conocidos y amados como las almas fuertes y valientes, para emprender esta gran jornada desde la separación hacia la Unidad de Consciencia. Para ascender no es necesario ser perfecto. Incluso el más alto de los iniciados encara sus propias batallas y victorias internas. Namasté. Nos inclinamos ante el Dios y la Diosa dentro de cada uno de ustedes.
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Necesidad de Compasión
Regalos de la Luz * Re-flexiones
La compasión por los otros puede surgir de enfrentar el propio sufrimiento, las propias imperfecciones. A partir de ese reconocimiento puede producirse una profunda aceptación de los demás y la correspondiente empatía. No solo tienen una oportunidad para profundizar la percepción mediante la permanencia con la verdad del sufrimiento, sino la oportunidad de profundizar la compasión. Su sensación de separación puede disolverse. Menos ocupados con ustedes mismos, pueden abrirse más al sufrimiento de los demás. Liberar la mente puede llevarles a sentir más compasión por los demás. La libertad suprema significa dejar que sus patrones habituales se vayan por completo; ese es un nivel de libertad que, por supuesto, solo tiene lugar con una práctica espiritual continua. Ese camino, finalmente, lleva a liberarlos del condicionamiento y, consecuentemente, a no caer nuevamente en esos hábitos mecánicos.
Las escrituras budistas se refieren a la “liberación” como a la libertad tanto de los miedos como de las expectativas, más allá del rechazo de las cosas de la vida y también más allá del anhelo que estas despiertan. Esa libertad de las preocupaciones interiores les permite ser más conscientes de los demás, más atentos para incluso las necesidades sutiles del momento. Una vez que están libres de la compulsión de los esquemas mentales: sus mecanismos de defensa, de seguridad y de protección del yo, están más disponibles a las necesidades de los demás. Quedan libres para estar atentos y disponibles, generosos y amables. Esa es la razón por la cual las enseñanzas budistas dicen que, de la falta de egoísmo surge la genuina compasión. Surge así una sensación de interconexión y un deseo profundo para que todos experimentemos esa libertad.
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Donaciones Amorosas
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