Como la Hermandad de la Luz, estamos con ustedes para ayudarles cuando lo necesiten, a los que nos llamen. Nosotros oímos cada palabra, cada pensamiento y cada sentimiento. Nosotros no juzgamos. Más bien tratamos de estimularles y ayudarles a llegar a una aceptación de su propio poder y belleza. Nosotros no podemos hacer el viaje por ustedes; solamente a ustedes les corresponde hacer el trabajo, pero nosotros ayudaremos y asistiremos de cualquier manera aceptada por la Ley Cósmica. Nuestras bendiciones van para todos. Somos sus hermanos y hermanas que siempre estamos junto a ustedes. Ustedes son conocidos y amados como las almas fuertes y valientes, para emprender esta gran jornada desde la separación hacia la Unidad de Consciencia. Para ascender no es necesario ser perfecto. Incluso el más alto de los iniciados encara sus propias batallas y victorias internas. Namasté. Nos inclinamos ante el Dios y la Diosa dentro de cada uno de ustedes.
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Dos impostores
Regalos de la luz – Re-flexiones
¿Cómo sabes qué es el “éxito”? ¿Puedes ver en su totalidad las causas y los efectos de tu ser, y de tus actos, y de tus palabras? Por lo tanto, ¿cómo puedes saber qué es el éxito y cómo puedes ni siquiera imaginar qué es el fracaso? ¿Qué es el “fracaso” sino una causa y un efecto? Aquello a lo que denominamos fracaso es sencillamente una causa y su efecto, simplemente el proceso es causa y efecto en acción. Es sensato imaginar que esas dinámicas que nosotros reconocemos como “fracaso” y “éxito” no existen en realidad, porque de hecho no existen si nos situamos en el terreno de la verdad, sino solamente si nos situamos en una posición de juicio.
¿Cómo puedes decir en el terreno de la ilusión lo que tiene valor y lo que no?
Juzgamos como “imperfecto” aquello que no está siendo perfeccionado, pero, mira alrededor tuyo. ¿Puedes ver la perfección realizada en cada uno de los seres humanos si no es en que, en su propio proceso, son perfectos y valiosos? Es el proceso lo que es perfecto y valioso en cada instante, y en que tú completes totalmente la tarea.
¿Cómo es posible saber qué es lo que debemos perseguir con la ilusión y qué no? Pregúntate cuál es la diferencia entre tus necesidades esenciales y aquellas otras que tú mismo te creas, o, quizá, mejor deberíamos llamarlas necesidades artificiales. ¿Cuáles son tus verdaderas necesidades y cuáles aquellas que te has creado por razones diferentes, por ejemplo, con la finalidad de controlar o de manejar a otros o para convertirte en centro de atención? Distínguelas en tu interior.
Obsérvate con profundidad y franqueza suficientes para reconocer qué constituye una necesidad legítima en tanto que ser humano, y aquella otra parte de ti mismo que ha creado otro tipo de necesidades por razones diferentes como, por ejemplo, la de conseguir publicidad exterior, o prestigio, o para llega a alcanzar la categoría de personalidad. Aprende a identificarlas y, a continuación, decide con cuáles deseas vivir.
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Donaciones Amorosas
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