Como la Hermandad de la Luz, estamos con ustedes para ayudarles cuando lo necesiten, a los que nos llamen. Nosotros oímos cada palabra, cada pensamiento y cada sentimiento. Nosotros no juzgamos. Más bien tratamos de estimularles y ayudarles a llegar a una aceptación de su propio poder y belleza. Nosotros no podemos hacer el viaje por ustedes; solamente a ustedes les corresponde hacer el trabajo, pero nosotros ayudaremos y asistiremos de cualquier manera aceptada por la Ley Cósmica. Nuestras bendiciones van para todos. Somos sus hermanos y hermanas que siempre estamos junto a ustedes. Ustedes son conocidos y amados como las almas fuertes y valientes, para emprender esta gran jornada desde la separación hacia la Unidad de Consciencia. Para ascender no es necesario ser perfecto. Incluso el más alto de los iniciados encara sus propias batallas y victorias internas. Namasté. Nos inclinamos ante el Dios y la Diosa dentro de cada uno de ustedes.
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El Trabajo y El «Ser»
Hugo Mujica (sacerdote y escritor argentino)
Todo lo que existe en la creación hace algo, todo se relaciona a través de un hacer. Nuestra identidad abreva de nuestro hacer.
EXISTIR no significa meramente ser en el mundo, significa estar activamente en él crearlo, y en ese crearlo, crearnos a nosotros mismos.
Prometeo, Sísifo o Fausto, Occidente se forjó a sí mismo a través del trabajo: ser es hacer, hacer es participar. Dar rostro de humanidad a la tierra a través del trabajo, fue la manera de crearnos una historia común, una identidad cultural. Una comunidad.
El pan es la imagen que condensa la vida, sin pan la vida no crece, el cuerpo declina, se apaga: es la muerte. Se trabaja para alejar la muerte y para lograr el pan, el propio y el de los seres amados. Se trabaja con otros y nace el compañerismo, se suma la amistad, se forja la comunidad, se trabaja para otros, entonces el trabajo es familia. Se ofrece lo propio –la energía, el tiempo- para que otros gocen, el sacrificio manifiesta ser generosidad, altruismo, amor.
Así, el trabajo es la forma más básica, más humana de manifestar nuestro ser hacia los demás, de entregarnos compartiendo el pan: de amar. Por todo esto, la pregunta, la de nuestra identidad, no es quien sos sino qué haces.
Negar el trabajo es negarnos la identidad, nuestro estar en la sociedad. Cuando el poder económico se ejerce como violencia, cuando reduce al hombre a la miseria, no lo priva de algo accidental, algo que pueda subsanarse con un cheque de desempleo, lo aliena de su modo humano de realizarse y humanizarse: LE AMPUTA SU HUMANIDAD. LE ENVILECE LA VIDA.
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La época actual – reflexión
Bagavan Sri Sathya Sai Baba
Tenemos edificios más altos pero templos más pequeños; autopistas más anchas pero puntos de vista más estrechos; gastamos más dinero y tenemos cada vez menos; compramos más y disfrutamos menos.
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Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas; cosas más convenientes pero menos tiempo; más educación y menos sentido; más conocimiento y menos juicio; más expertos y más problemas; más medicinas y menos bienestar.
Tomamos mucho, fumamos mucho, gastamos sin medida, reímos muy poco, manejamos rápido, nos enfurecemos demasiado rápido, nos acostamos muy tarde, nos levantamos muy cansados, casi no leemos, vemos demasiada T.V., y casi nunca rezamos.
Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducidos nuestros valores, hablamos demasiado, amamos muy poco y mentimos casi todo el tiempo, hemos aprendido a ganarnos la vida pero no a disfrutarla, le hemos sumado años a la vida, pero no vida a los años.
Hemos ido y vuelto a la luna, pero no podemos cruzar la calle para conocer a un vecino. Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior, hacemos cosas más grandes pero no mejores, hemos limpiado el aire pero no el alma, hemos dividido el átomo pero no a nuestros prejuicios, escribimos mucho pero aprendemos poco, planeamos todo pero no conseguimos casi nada.
Hemos aprendido a hacer las cosas más rápido, pero no a tener más paciencia; tenemos ganancias más altas pero la moral más baja; más alimento y menos paz. Construimos más computadoras para guardar más información, para producir más copias que nunca, pero nos comunicamos cada vez menos; cada vez tenemos más cantidad y menos calidad.
Ésta es la época de la comida rápida y la digestión lenta; hombres altos de bajo carácter; profundas ganancias y relaciones superficiales. Ésta es la época de la paz mundial y la guerra doméstica; más tiempo libre y menos diversión; más tipos de comida y menos nutritivas. Ahora tenemos ingresos conjuntos y más divorcios, casas bellas pero más hogares rotos.
Ésta es la época de viajes rápidos, pañales desechables, moralidad en decadencia, pasiones de una noche, cuerpos con sobrepeso, pastillas que hacen todo, desde alegrarte hasta calmarte y matarte. Ésta es la época donde tenemos todo en la exhibición y nada en el inventario.
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