por K. Parvathi Kumar

Cuando sucede la aurora, gradualmente, la oscuridad se convierte en luz. No es más que una transformación. Sin luz, solo hay oscuridad. La oscuridad siempre está ahí. Necesitas luz para superar la oscuridad. A medida que cae la noche, la oscuridad llega y encendemos una vela para eliminarla.

Al eliminar esa oscuridad, somos liberados del condicionamiento. Estamos encarcelados por nuestros deseos. Queremos muchas cosas y tenemos nuevos deseos de vez en cuando. Nos vamos moviendo para realizar nuestros deseos. Los seres así, que desean mucho, están encarcelados (condicionados). Así que se nos enseña que, si deseamos algo que no nos es necesario, seremos encarcelados por una energía baja.

Por lo tanto, hemos de comprender esto tanto como podamos, simplemente hemos de llevar a cabo nuestras obligaciones sin ningún deseo. Incluso si deseas algo, no desees algo que no sea necesario. Un Maestro es aquel que enseña la diferencia. Él no tiene deseos propios. Uno no puede convertirse en Maestro si tiene deseos propios.

En nuestro mundo hay mucha ilusión (maya) a nuestro alrededor. Tenemos todo tipo de anuncios diciéndonos que compremos esto y lo otro. Hemos de pensar si lo necesitamos o no. Si compramos algo sin necesitarlo, quizás nos cause problemas.

Nosotros estamos en una situación en la cual no sabemos lo que queremos y lo que no. De ese modo estamos aprisionados en este cuerpo. No sabemos cómo salir de este cuerpo por nuestra cuenta. Como resultado, sufrimos mucho en el momento de la muerte. Supongamos que no sabemos cómo salir de esta sala. Si hay un accidente de fuego en esta sala, ¿dónde iremos? Hemos de saber cómo escapar. Es el mismo caso con este cuerpo. Hemos de saber cómo salir de este cuerpo. Eso es lo que nuestros Antiguos Sabios nos han dado. Sin saber cómo salir, si entras, estás atascado.

Necesitamos la ayuda de un Maestro y del Señor. Cuando veneramos al Señor o al Maestro regularmente, un Maestro viene a ayudarnos y primero nos da confianza con su Presencia. Después de reconfortar, el Maestro gradualmente elimina las fuerzas bajas presentes en nosotros. Hay muchos pensamientos que impiden nuestro progreso en el sendero. Quizás sintamos que no necesitamos levantarnos tan temprano para hacer la plegaria. Esto es debido a Tamas (inercia) dominante. Quizás queramos llevar a cabo cosas innecesarias, lo cual es debido a Rajas (hiperactividad) dominante. En esos casos, la naturaleza Satwa (equilibrio) está debilitada.

Rajas o Tamas nos dominan, y la mayor parte de las veces fracasamos en hacer lo que se debe hacer. O hacemos más o hacemos menos de lo que es necesario. Esta es la historia de las 3 cualidades y el cuerpo en el que el ser está detenido como prisionero. El Maestro da fortaleza a nuestra naturaleza equilibrada y la ayuda a estar por encima de Rajas y Tamas. Hay muchos pensamientos ignorantes presentes en nosotros que el Maestro, gradualmente, transforma a través de las enseñanzas de sabiduría. Él elimina la oscuridad en nosotros, presentándonos la luz. Hemos de visualizar que estamos sentados ante el Maestro y la luz surge de sus ojos, entrando en nosotros y eliminado la ignorancia. Podemos visualizar de esta forma durante la plegaria.

El Maestro nos dice que el Señor vendrá a elevarnos y liberarnos, y a ayudarnos en ese proceso. Ese es el mensaje que obtenemos cuando un Maestro entra en nuestra vida. Un Maestro nos introduce al Señor, se asegura de que estemos entretenidos con la Presencia del Señor, se asegura de que hagamos veneración al Señor de tal forma que se impregne en nosotros. Él representa el puente entre el Señor y el discípulo.

El Maestro hace un papel muy importante en unir al Señor con el devoto. Él prepara el camino y nos enseña la disciplina necesaria para el descenso del Señor en nosotros. Él nos inspira a caminar en el sendero. Él hace esfuerzos magnánimos para que el ser alcance lo Divino. Por eso se dice que, si un aspirante obtiene un Maestro, seguro que alcanzará lo Divino. Lo que hace el Maestro ni siquiera puede hacerlo el Señor. Un gran ser dijo: “Las cosas valiosas que el Maestro da ni siquiera puede darlas el Señor”. Así es la importancia de un Maestro en la elevación de un aspirante.

Tenemos un gran linaje de Maestros que siguen trabajando para elevar a los seres. Tenemos a Kapila, Dattatreya, Ganapati, Hanuman, los 4 Kumaras, los 7 Sabios, Narada, Kartikeya, y tenemos Jerarquías de cada uno de los 7 Sabios que trabajan en este Plan Divino. Su único objetivo es traer al Señor y estar juntos. En este proceso, se elimina toda la ignorancia en nosotros. El Maestro nos muestra la forma de salir de este cuerpo incluso mientras permanecemos en él. Si tenemos ese conocimiento, entonces no tendremos miedo a la muerte. El Maestro nos enseña la sabiduría relativa a la inmortalidad. En cualquier caso, vemos cómo cada uno de nosotros necesita un Maestro. En el mantra Mrityunjaya, pedimos ser liberados del condicionamiento y el miedo a la muerte.

Un Maestro también representa el mejor amigo de cada uno de nosotros. Por lo tanto, el que nos ayuda a superar el miedo y el dolor de la muerte es el mejor amigo que podemos tener. Una vez que un ser entra en contacto con un Maestro, no ha de temer nada y seguro que será elevado. Una vez que el Triángulo de El Señor, El Maestro y El Ser está formado, el Ser seguro será elevado. El Maestro nos da 3 cosas. Él nos da ciertos principios a seguir, una forma de venerar al Señor y una forma de vivir.

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