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La vida es vivir. No es una cosa ni es una meta, es un proceso. No hay forma de conocer lo que es la vida más que viviendo, estando vivo, fluyendo, discurriendo con ella. Si buscas el significado de la vida en algún dogma, da por seguro que te perderás lo que es la vida y su significado.
La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás. La necesidad de un nuevo humano es día a día más y más visible, más y más posible.
La cultura exige un manejo muy delicado con todas las cosas de la creación. Aunque el humano está avanzando intelectualmente, hay un deterioro obviamente perceptible en su delicadeza para con el manejo de la vida: hay consideraciones económicas que influyen sobre esta tendencia, el dinero y el poder manipulan la moral y las escalas de valores.
Debemos conocer cómo van las cosas en el planeta y poner un freno a la agresión material y a las acciones no éticas con pensamientos y acciones de buena voluntad. El poder colectivo del alma puede expresarse en la vida social especialmente a través de grupos y de esta forma combatir la crisis global de carácter. Buena Voluntad en Acción desea impulsar esta idea, proporcionar principios guía y herramientas para el desarrollo integral de la persona, reconociendo su dimensión física, intelectual, emocional y espiritual.
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La Capa de Polvo sobre la Bombilla
Detrás de todas las formas se oculta la luz del alma. Para experimentar su presencia tenemos que quitarle las envolturas. Por nuestra naturaleza esencial, somos almas, que descienden cada día a la mente, los sentidos y la objetividad, porque deseamos tener experiencias y porque nos da alegría.
Como almas, nos expresamos en el exterior a través de la personalidad. Al vivir en la personalidad, no obstante, nos desprendemos fácilmente de la conciencia de nuestra existencia. Nos olvidamos y nos perdemos en lo que no somos. Como una capa gruesa de polvo sobre una bombilla, nos cubrimos con capas cada vez más densas, y la luz interna no puede atravesarlas. Así la conciencia del cuerpo oscurece el alma, y nos volvemos prisioneros de nuestro propio sistema. En un humano mundano, el alma está en un sueño profundo, la personalidad tiene que pasar a través de sus propias experiencias.
En la personalidad, las tres cualidades del alma: Amor, Voluntad y Actividad Inteligente –se reflejan de forma distorsionada. La Voluntad Divina se convierte en deseo, el Amor Divino y la Sabiduría se convierten en emoción y en comprensión emocional, y la Actividad Inteligente se convierte en el pensar y el actuar concretos e intelectuales.
Nuestra mente quiere ser alimentada con información; la educación moderna nos abarrota con hechos desde todos los ángulos de la objetividad. Nuestra mente concreta se alinea enteramente con la personalidad y el mundo externo. De esta forma, nuestro entender lo conforma todo acorde a su propia estructura. Recolectamos conceptos y nos encerramos en visiones y convicciones firmes. El alma es mucho más grande que nuestra mente, sólo parte de ella vive en la forma física. Aunque intenta trabajar a través de nuestro cuerpo, no se restringe a él. Si intentamos circunscribir el programa del alma con nuestra mente, es como si un mosquito tratara de devorar a un elefante.
La mente inferior puede organizar, la superior puede asimilar las cosas intuitivamente. Si nuestra mente inferior permanece activa, no podemos recibir inspiración superior. Esa es la razón por la que la mayoría de las personas no están listas para escuchar el consejo o las sugerencias de personas inspiradas.
Estamos tan ocupados con la actividad mental que estamos siempre e incansablemente en movimiento. Incluso nos acercamos a los temas de la sabiduría de manera semejante, con actividad excesiva. Lo que sabemos teóricamente de los libros, se evapora cuando llegamos a la acción diaria. A pesar del sonido agradable de las terminologías de la sabiduría, seguimos llenos de preocupaciones y problemas.
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Conocimiento y Sabiduría
Tenemos que practicar los pasos fundamentales y llevarlos a la práctica cotidiana con perseverancia, de lo contrario, seremos apartados de la sabiduría una y otra vez. La sabiduría debe ayudarnos a entrar en la conciencia del alma.
Si nos llega a gustar, tenemos que incorporarla a nuestro ser interno y asimilarla. Mientras que recibimos conocimiento del exterior, la sabiduría se revela desde dentro. La práctica fundamental para esto es mantenernos visualizando que somos almas; percibir el alma en todo y ver que actuemos como almas. Experimentar el alma es como experimentar las olas del océano.
El Alma es el océano y las almas son las olas. El Alma es la conciencia del YO-SOY, que también es llamada el alma universal. En el Oriente y el Occidente recibe muchos nombres; algunos de ellos pueden motivarnos, mientras que tal vez somos alérgicos a otros. En un lenguaje científico, hablamos de esta energía como Eso o Aquello. Si entendemos cómo somos, entendemos cómo Es.
YO SOY AQUELLO, AQUELLO YO SOY.
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NOTA. Sr. Gaston Thorn, Presidente de la Trigésima Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Septiembre, 1975. Edición y Difusión: Juan Angel Moliterni (www.escuelaclaridad.com.ar). Se autoriza la redistribución de este boletín e información personalmente y vía Internet con la condición de que el contenido permanezca intacto, de que se respeten los créditos del servicio, los autores, los editores y se mencionen la fuente y enlaces correspondientes. Gracias por colaborar en hacer que estas ideas (link) lleguen a la atención de un público más amplio.
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