por Juan Angel Moliterni
En física, “entropía” significa que cualquier cosa eventualmente se desintegrará hasta que llegue a su forma más elemental. El diccionario lo define como “la degradación continua de un sistema o sociedad”. Esto sucede en todo en la vida y lo sabemos. Si no cuidamos nuestro cuerpo este se deteriorará. Si no cuidamos el auto se deteriorará. Si vemos todo nuestro tiempo libre la televisión, nuestra mente se deteriorará. Nada que no se cuide permanecerá como fue o es.
En definitiva, cualquier cosa que no se atienda conscientemente y se renueve se desordenará y deteriorará. Todas las cosas necesitan cuidado, trabajo, atención, y las relaciones humanas no es la excepción. Todos estamos navegando en un nuevo “clima” físico y social, y tenemos la opción de menguar el efecto entrópico, si nos renovamos en las diferentes áreas humanas, practicando la negantropía: física, social, mental y espiritual. Podemos involucrarnos regularmente en dar servicio, crear amistades, ser empáticos y crear sinergia social, comer alimentos saludables, templar el carácter, rezar, meditar, etc. Y por resonancia mórfica influenciará a todo el planeta.
Un requisito para la Ascensión es el trabajo grupal. Se trata de desarrollar actividades que son internas, no externas. Significa que ninguna de las actividades está basada en alguna forma de comparación con otras personas. Se trata de eficacia no competitiva. Orientadas a desarrollar un sentido intrínseco de valor personal y grupal que es independiente de otros y del ambiente, aunque se manifieste en relaciones y en el ambiente. Además construye relaciones.
Por ejemplo, los miembros de un grupo que hacen ejercicio juntos no sólo forman su fortaleza y resistencia física individual, sino que también aumentan su acercamiento a través de esa actividad física. Los miembros de un grupo que leen juntos multiplican su aprendizaje, sinergizando y aportando ideas. Los que dan servicio juntos fortalecen la fe del otro así como la propia. Se vuelven más unidos y conectados al juntarse en una expresión sagrada de cosas que son importantes para todos.
Les alentamos a que alimenten el espíritu de renovación. Renovarse es la actividad de apalancamiento más alta en la vida porque afecta todo lo demás muy poderosamente. Renovación individual y grupal, permite a las personas manejar la entropía y promover la salud física, social, mental y espiritual. Reconocer el poder de la renovación abre la puerta a todo tipo de interacción y creatividad en el desarrollo de una hermosa cultura galáctica. Ayuda a crear una fuerza magnética poderosa que consistentemente impulsa a las personas hacia el camino correcto y les ayuda a mantenerse ahí. Con la renovación pueden volver refrescados a los desafíos diarios de la vida, con anticuerpos para la entropía.
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Es muy importante para los niños que les guste aprender. Se vuelven estudiantes entusiastas cuando descubren que aprender es emocionante y que los adultos en su vida también disfrutan de aprender. Po ejemplo, aprender a convertirse en el vehículo por medio del cual las personas pueden contribuir al bienestar de otros. “No sé cuál será tu destino, pero una cosa sí sé: sólo van a ser realmente felices aquellos que hayan buscado y encontrado la manera de servir” –Albert Schweitzer.
En la medida que la humanidad va madurando surge el sentido de responsabilidad con los demás, como individuo y como grupo (ya sea familiar o espiritual). Surge una conciencia profunda de la importancia de la contribución y la buscan activamente. El grupo (familiar y/o espiritual) está sirviendo y contribuyendo con la sociedad. Ayudar a otras personas es la contribución más significativa que alguien puede hacer en la vida. Hay que estar Agradecido de alcanzar ese estado donde se hayan desarrollado lo suficiente hasta el punto en que pueden hacerlo.
Si un problema particular en el que están trabajando parece insuperable, ¿por qué no cambian un poco las reglas y prueban algo que quizá a nadie se le había ocurrido hasta ahora? Podrían estar a las puertas de una nueva realidad o posibilidad. Tal vez puedan incluso desarrollar un sistema nuevo. Cambien las reglas para que así puedan tener, al menos, la posibilidad de conseguir resultados distintos a los que han obtenido siempre. Créanse su propia visión de las cosas. La realidad es en gran parte como ustedes la interpretan. En otras palabras, su realidad dependerá del tipo de relación que decidan establecer con ella. Necesitan trabajar con su concepción de la realidad, otorgarle un significado que les permita obtener resultados fiables. Cuanto más enfoque su atención de una manera específica, más podrán aprovecharse del poder universal del campo mórfico, el cual contiene el plan energético, o la matriz, de esos resultados que desean.
Aunque hayan sido influidos por muchas personas y circunstancias, al final cada uno es el único responsable de cómo percibe esta realidad. En su interior reside la clave para acceder a un poder incalculable y a posibilidades infinitas, siempre y cuando no se esfuercen por hacer que suceda algo. Cuando abandonen la tendencia a medir u observar con sus limitaciones conscientes, cualquier cosa será posible.
La clave radica en que necesitan tener presente, tanto en su imaginación como en la base de sus creencias, que son capaces de crear y mantener estados en los que son mucho más poderosos que en su limitado estado de conciencia habitual. Aunque solo crean que se lo están inventando, háganlo lo mejor que puedan; así tendrán más opciones a las que acceder durante el estado habitual de vigilia. Y es aún mejor decidir de antemano (proactivamente) lo que quieren manifestar, de manera que las cosas se pongan en su sitio antes de dar lugar a una crisis.
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Cuando cambian la forma en que observan e interpretan su realidad cambian la estructura de su conciencia y de aquello que observan. Si quieren cambiar la forma en que viven la realidad de su día a día, sean ustedes mismos (no quienes creen que son o quienes los demás les dicen que son), y aprendan cada día algo nuevo. Desprendiéndose de su antigua manera de mirar la realidad, empiezan entonces a ver y a vivir una nueva dimensión de la realidad. Cuando hacen esto de forma consistente, con convicción y certeza, su manera de experimentar el mundo físico y todo el condicionamiento previo que han recibido comenzará a adaptarse y a cambiar. Se convertirán en co-creadores (partícipes activos) en este nuevo modelo de la Tierra que han empezado a experimentar.
Sus patrones de hábitos se transforman en “modelos” a partir de los cuales manifiestan cambios y circunstancias en su mundo físico. Sosteniendo esos patrones en el tiempo llegan a crear redes de energía en su percepción subconsciente. Una de las primeras tareas consiste en cortar de raíz el enfoque típico de la realidad misma (ya sea en el ámbito económico, de salud, trabajo, relaciones, etc.). Al cambiar su modelo de realidad empiezan a construir una base para nuevas experiencias.
El observador define lo observado. La entropía es sólo un aspecto del universo, y también lo es la negantropía. Una vez que cruzan el umbral de la conciencia ordinaria, sus filtros de percepción pueden ser sustancialmente alterados a voluntad. Pueden crear un portal a otras dimensiones de la realidad si están dispuestos a emplear el tiempo y la energía necesarias, y accesar en un viaje interno al campo de todas las posibilidades, donde la magia y la física colaboran mutuamente. Si nunca contemplan la posibilidad de un resultado o una explicación diferentes de la realidad, ninguna posibilidad nueva surgirá en su mente y por tanto en su forma de experimentar la realidad.
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