Un Nuevo Tiempo, una Nueva Ciencia y una Vieja Civilización.
Nos han dicho que tanto la Humanidad como el planeta se enfrentan a grandes cambios. Lo estamos viviendo con muy poca comprensión y significado. Nos enfrentamos a un nuevo tiempo con una civilización decadente que no responde a la necesidad de la mayoría. Es materialista, mercantilista, recolectora y conforme a estos valores administra la vida en el planeta. El ruido resultante es como el de un barril hueco. Pero la vida no está hueca, la vida está llena de significado, de contenido; porque la vida está llena de alma, de conciencia.
En el mundo microscópico la física cuántica ha observado que todo es energía, que todo es información, pero en nuestro mundo concreto, no parece tan obvio; sin embargo, si somos buenos observadores nos daremos cuenta de que todo suceso en nuestra vida tiene un significado. Existe una sincronía que por falta de observación se muestra imperceptible. Pero en el universo todo está conectado, todo está relacionado.
El problema existencial se presenta cuando las cosas y los sucesos pierden significado. “Cuando no le encuentro significado a la vida, me suicido” – siempre he creído que el suicida piensa así… ¿Será por eso por lo que ante la falta de contenido de nuestra civilización materialista nos estamos suicidando colectivamente?
Hemos iniciado un nuevo tiempo con una nueva ciencia y una vieja civilización. La nueva ciencia nos dice que todo es energía, que el Universo se asemeja más a un pensamiento que a una máquina, que la vida de una partícula está condicionada por la relación con otra, que no existen en el Universo elementos aislados, que todo es relación -pero administramos la vida sin tener en cuenta estos descubrimientos, por lo tanto, no afectan nuestra conducta. Y entonces vemos una ciencia económica producir más pobreza que nunca.
Conocemos la historia, las cifras nos asustan, por eso miramos para otro lado y seguimos la carrera loca del consumidor, sin pensar mucho porqué -pueda ser que me tenga que comprometer, o lo que es peor, cambiar mi estilo de vida. Y seguimos dando tumbos sin darnos cuenta del maravilloso mundo de significados que se nos escapa segundo a segundo. Entonces decimos que la vida es dura, árida y cruel; sí, porque perdió su razón de ser -una vida carente de significado es la muerte.
Imaginemos el día que la economía mundial tome el bienestar del ser humano como su objetivo principal. Con los abundantes recursos y el desarrollo tecnológico, no habrá en el planeta un solo ser humano con hambre y sin cobijo. Sin embargo, estamos lejos de lograrlo y no es por falta de inteligencia o recursos sino por falta de corazón. Aquellos que sustentan el poder económico del mundo no tienen en cuenta el verdadero significado de la vida. Son instrumentos en manos de una fuerza siniestra y retrógrada; se creen dueños y amos de su destino cuando sólo son esclavos de sus oscuros deseos.
Un eminente pensador daba una conferencia y una señora muy elegante le preguntó: “Dígame Doctor, qué puedo hacer para aliviar la pobreza”. Él, con mucha amabilidad le contestó con otra pregunta: “¿Cuántos pares de zapatos tiene usted, mi querida señora?”.
Nuestro estilo de vida se ha convertido en un despropósito. Y cuando se pierde el propósito se pierde el rumbo. Y entonces necesitamos más y más cosas para tapar nuestro errático modo de vida y el vacío interno que jamás se llena con cosas materiales.
No hay que leer todos los libros de sabiduría para responder a las cuestiones básicas de la vida porque están grabadas en nuestro fuero interno. Es cuestión de reflexionar, estar atentos, observar y silenciar un poco los ruidos que produce el deseo de tener para escuchar la dulce voz del alma.
Sentir la vida, ser capaz de escuchar su canto, celebrar su belleza, recuperar su sentido, ¿qué cosa puede ser más urgente que esto?
La vida es como un río caudaloso. No podemos desviarlo ni comprar sus aguas, pero podemos dejar de ser espectadores, lanzarnos al agua -y celebrar la vida.
¿Lo hacemos juntos? Te invito…
Carmen Santiago
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Compartiendo comprensiones
Estamos en un momento culminante del año, en el Plenilunio de Géminis, Festival de la Humanidad, Festival de Cristo, Festival de la Buena Voluntad.
En el Trabajos de Géminis, Hércules, hace un excelente trabajo y ocurre en él una transformación. Hasta ese momento las acciones de la personalidad y las acciones del Alma se podían observar con claridad y Hércules fue comprendiendo que cuando actuaba desde la mente concreta y desde la vida de las formas, tomaba decisiones incorrectas que le impedían cumplir con su servicio, el que su Alma le sugería.
El Maestro lo manda a buscar las Manzanas de la Inmortalidad, pero no le dice dónde se encuentran, él sale sin rumbo fijo y recorre el mundo aprendiendo, sirviendo, experimentando. No sabe dónde están las manzanas, no sabe qué rumbo tomar. Un día recibe la primera ayuda, una indicación interna de marchar hacia el Sur.
Como nos enseña el Maestro Kumar, ir hacia el Sur es ir hacia el corazón, ese centro sagrado de la Vida Una que está dentro de los cuerpos de manifestación de todos y cada uno de nosotros, los humanos.
Gran acierto, Hércules empieza a escuchar la voz del corazón y camino al Sur se encuentra con el Maestro Atlas que está sosteniendo el mundo sobre sus hombros. Conectado con su corazón, siente el gran trabajo que está haciendo Atlas y se ofrece a ayudarlo, así como ya había acompañado en su dolor a Prometeo.
El discípulo sirve donde su Alma le muestra la necesidad y se olvidamomentáneamente de otros planes, al Servir se llena del gozo del Alma en el servicio y descubre la belleza del Trabajo de Atlas.
Atlas que es un Gran Maestro conoce la necesidad del discípulo y busca las manzanas y se las entrega, mientras Hércules sostiene el mundo por Atlas. Al servir desinteresadamente al impulso del Corazón que marca la pulsación de la Vida Una, el discípulo, recibe lo que de verdad necesita: La Conciencia de su propia Inmortalidad; le regalan las manzanas.
Sigue en la Tierra, en él, personalidad y Alma actúan en síntesis sagrada y ya no tiene que salir a buscar el servicio, el Servicio lo encuentra porque él ha entrado en el Plan de Amor y de Luz, donde la danza de la Vida Una lo lleva siempre adonde debe estar.
Que en este Festival de la Humanidad sean miles los que, por servir obedientes a la voz del Corazón, en el Sur, puedan recibir del Maestro el regalo de Atlas, las manzanas de la inmortalidad.
Cuando estamos en las actividades más mundanas, recordar en la vida cotidiana que somos Seres Solares, que hemos tomado forma provisoriamente en la Tierra, nos ayuda a transitar el camino del Sur, el Camino del Corazón, el Camino del Fuego.
Marta Paillet
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