Jardines de la Presencia, por Juan Angel Moliterni

Serie de Pensamientos semilla capaces de elevar el espíritu, de abrirte el entendimiento y, poco a poco, de guiarte al jardín de la Presencia que hay en ti. Mantén una conciencia abierta, y el Maestro sembrará en ti las semillas potenciales de sabiduría.

El amor es la experiencia compartida de la conectividad. No se trata de amar el cuerpo, sino amar el encuentro, salir juntos del cuerpo y arder juntos en el mismo fuego sagrado.

Nadie se pone en contacto o en comunicación con el Dios interior; más bien se convierten en Aquello. Lo primero es esquizofrenia, lo segundo es Automaestría. No tienen a Dios en su interior, Son ese Dios en su interior.

En aras de sentirnos dignos de ser amados, dignos de ocupar un lugar en el mundo, convertimos el amor en un foco de dependencia que hace que pasemos por las situaciones más indignas.

Amarse a sí mismo es amar a su forma. Amar a su forma es amar a la perfección que hay en ella. Amar la perfección que hay en ella es amar a Dios. Hay una exaltación al reconocer todo lo que se deriva del amor a tu propia forma. No hay nada que cambiar en ninguno de ustedes, más bien hay algo que Ser. Intenten Ser en vez de cambiar, así podrán experimentar el amor sin que sea una trampa.

Solemos juzgar que una experiencia es positiva cuando sentimos que es buena, y considerarla negativa cuando sentimos que es mala. Sin embargo, a nuestras vidas las podemos contemplar desde una perspectiva de largo plazo, en función de cuán significativa sea cada una de sus fases, y en función de nuestra evolución personal y de los objetivos que procuramos cumplir.

En las alianzas, en este mundo material, todos van con quien más les interesa, no necesariamente con quien más sabe… y todo para poder sobrevivir, no para anclarse en la conciencia del espíritu de su amor, de su propio espíritu, no, no, no, no… ni por idealismo romántico tampoco. Estas alianzas son la integración con fuerzas similares, no complementarias, para mantenerse a uno mismo en la lucha, de sostenerse a uno mismo en la lucha para no sucumbir en ella.

Ser amoroso, impersonalmente amoroso, es grato y es simple, es sencillo, porque no requiere ninguna implicación personal. Pero todos sabemos por experiencia lo difícil que es amar en vivo y en directo, amar cotidianamente. El amor experimentado a través del otro nos da otra dimensión.

Vivir en función de aquello que no les es innato en ustedes, los desempodera y no les permite ser equipados debidamente para combatir lo que reciben. Pero mientras vivan en función de su naturaleza, de su Innato, serán capaces de manejar cualquier influencia que se dirija hacia ustedes.

Bendiciones!

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