por K. Parvathi Kumar

Dice Maestro EK:

El tipo de experiencias y pensamientos que obtenemos, dependen de nuestro estado de conciencia, el tiempo, el lugar e incluso nuestro karma.

Si la conciencia está a un nivel mental, entonces los pensamientos y experiencias vacilan. Lo que nos hace sentir bien en algún momento, puede hacernos sentir mal en otro momento. Cambia según el tiempo y el lugar.

Hay más estabilidad cuando la propia conciencia opera desde el estado Búdico.

La falta de entrenamiento es debida a la falta de voluntad. Un acto Divino o un acto de buena voluntad se retrasa si la mente no está suficientemente entrenada. Si también hay demasiadas actividades mundanas, entonces tampoco uno obtiene suficiente tiempo para actos Divinos y como resultado el progreso de los aspirantes disminuye.

Nuestra conciencia reside en la columna entre el Sahasrara (coronario) y el Muladhara (raíz). Esta columna está presente en nuestra médula espinal y uno puede viajar desde un plano a otro moviéndose a través de esta columna vertebral.

Sabemos que existen 7 glándulas en cada uno de nosotros. Cada una de estas glándulas secreta hormonas para propósitos diferentes en el cuerpo. Una buena secreción de las glándulas, asegura un buen flujo de conciencia en el cuerpo.

Por lo tanto, si uno aspira a progresar bien en el sendero de la Divinidad, uno ha de intensificar su práctica y entrenar a la mente suficientemente bien. Que tu práctica sea tan regular y continua como sea posible.

El Maestro EK les pregunta a los aspirantes ¿por qué buscan mucho lo Divino en lugar de intentar ver lo Divino en todo lo circundante?

La gente intenta definir al Señor o a la Divinidad de muchas formas, pero de qué sirve si uno no es capaz de experimentar lo Divino que lo impregna todo. Para aquel que siempre recuerda que todo lo que se ve es Divino, siempre experimenta lo Divino y un proceso químico ocurre en él. En lugar de intentar comprender lo Divino con una mente vacilante, uno ha de entregar la mente a lo Divino porque con lo primero nunca puede realizarse.

Cuando te entregas a lo Divino, el conocimiento que obtienes es diferente. Es más real de lo que normalmente ves y comprendes porque cuando la mente está entregada a lo Divino, Buddhi empieza a funcionar a través de la mente. Buddhi es la mente de lo Divino. Es la mente Divina que funciona como nuestra mente tan efectivamente. Nosotros decimos: “En la mente de Dios…”, en una de nuestras invocaciones. ¿Dónde está esa mente? Está dentro de nosotros.

Para que funcione, hemos de entregar nuestra mente a Dios. Si pensamos que podemos comprender las cosas por nuestra cuenta, solo nuestra mente funciona y según su pequeña experiencia, intenta saber y juzgarlo todo. Es similar a estudiar bajo la luz de una lámpara muy pequeña.

Una vez que esta mente se ha entregado a lo Divino, entonces la mente Divina empieza a funcionar y no hay nada que la mente Divina no sepa. Por lo tanto, te puede enseñar cualquier cosa y te da la perspectiva adecuada de cómo y cuándo es necesario. Y no solo se entrega la mente, sino también el cuerpo, los sentidos, el prana y también a ti mismo. Es así como ocurre en el sendero de la entrega. Para el que se entrega de esta forma, lo Divino mismo actúa en él.

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