por K. Parvathi Kumar
Bhagavatam: “Tú no tienes suficiente suerte para sentarte en el regazo de tu padre. Si tuvieras suerte habrías nacido a través de mí y no de tu madre”. Esta afirmación ha de entenderse sutilmente y no literalmente.
“sentarte en el regazo”: es entrar en el sendero
“de tu padre”: gusto natural por lo Divino
Sin gusto por lo Divino, uno no puede progresar en el sendero. El Yoga no es algo que sea posible a través de la imitación. Uno puede entrar en el sendero Yóguico solamente a través de un interés personal. El interés no viene a través de la fuerza o la imitación. Si tú imitas, fracasarás en un momento dado si nunca has tenido realmente gusto por ello.
Se dice que uno tiene suerte de tener ese gusto naturalmente. Tener buenos hábitos y disciplina no es suficiente. Hay muchos seres así pero no están en el sendero del Yoga. La práctica Yóguica requiere un gusto inherente por lo Divino. Sin gusto, uno no puede alcanzar lo Divino simplemente a través de la disciplina.
Aquel que tiene mucho gusto por lo Divino quizás no sea tan disciplinado en la vida. Finalmente, lo que importa es la aspiración por lo Divino.
El renacimiento aquí significa perder interés en la objetividad y obtener interés en la subjetividad.
Una simple prueba para nuestro gusto es ver el pensamiento que tenemos durante nuestro tiempo libre. ¿Tenemos pensamientos relativos a lo Divino cuando no tenemos nada que hacer? Si no, entones el gusto falta y hemos de intentar desarrollarlo.
Hemos de realizarnos como entidades Divinas y conciencias pulsantes. Esa es nuestra verdadera identidad. Vivimos en muchas otras falsas identidades y hemos de ir progresando hasta realizar nuestra verdadera identidad.
Hemos de continuar (durante años) hasta la realización del YO SOY como AQUELLO YO SOY. Hemos de hacer un esfuerzo por recordar y relacionarnos con lo Divino lo más posible.
Cuanto más esfuerzo voluntario hagas para el alineamiento Divino, más cerca te mueves hacia el Señor. El Señor está siempre con nosotros, en nosotros y preparado para relacionarse con nosotros. Solo hemos de recordar y alinearnos con Él. Este alineamiento ha de ser continuo y perpetuo.
Recordamos muchas cosas en nuestra vida, pero vamos olvidando esta verdad. Deberíamos de recordar hasta que el recordar no sea ya necesario, y eso ocurre cuando permanecemos con AQUELLO en todo momento… en alineamiento Divino y ejercitando el plan Divino en la creación.
Hemos de recordar que tenemos que relacionarnos con el principio Divino UNO y no quedarnos atascados en nombres o formas. Los nombres y formas se dan para la conveniencia de la veneración, pero nuestra relación ha de ser AQUELLO.
AQUELLO está presente en todo. AQUELLO es la base de toda la existencia. La conciencia y el prana (principio vital) surge de AQUELLO. Somos capaces de hacerlo todo porque hay existencia, conciencia y principio vital. No tenemos control sobre estos 3 porque han descendido de AQUELLO.
Así pues, relacionarnos con AQUELLO es nuestro último objetivo de todo conocimiento. En cualquier Escritura que leas, este debería ser el objetivo. Aquellos que viven una vida con alineamiento Divino como su objetivo se llaman devotos. No todos pueden llamarse devotos. Un verdadero devoto no tiene ninguna otra meta más que el alineamiento Divino.
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Somos naturalmente buscadores de conocimiento, pero eso se pierde si nos apegamos demasiado a la objetividad.
Si cada vez que naces empieza todo de nuevo. Entonces, ¿de qué sirve obtener tanto de algo que no durará para siempre? Hemos de obtener algo que sea útil para las siguientes vidas y que también pueda ayudarnos a superar este intervalo de la muerte.
Cuantos más detalles uno recuerde y recuerde (de las Escrituras Sagradas), más se purifica. Si la historia se olvida o recordamos partes y trocitos de ella, perdemos la experiencia total. Hemos de utilizar nuestro tiempo libre para recordar estas cosas. Podemos recordar incluso durante actividades casuales como el baño o los viajes.
Una buena persona es diferente de aquel que tiene gusto por la Divinidad. Tenemos muchas buenas personas, pero pocas tienen aspiración por lo Divino. Las buenas personas llevan una vida buena y disciplinada pero no mucha experiencia.
La disciplina está bien pero, si falta gusto por la Divinidad, la disciplina no es muy útil. No da progreso. El gusto por la Divinidad tiene preferencia a la disciplina.
Un Maestro busca un discípulo que tenga una aspiración hacia lo divino. Sin esa aspiración y gusto, uno no puede quedarse en el sendero, aunque intente entrar en ese sendero por imitación.
Si tú duermes esta noche y te despiertas mañana, ¿tu naturaleza y hábitos cambiarán? No cambiarán durante el sueño, ¿no es así? No hay progreso durante el sueño. No ocurre ningún cambio a menos que uno intente cambiarse a sí mismo. El cambio no puede ocurrir solamente porque tú quieras que ocurra. Has de tener mucha dedicación para que el cambio ocurra.
“La materia existe en todos los globos pero, la materia del planeta tierra es la más densa de todas. La materia, aquí, posee mayor fortaleza que el espíritu” – Maestro Maruvu.
Así, para que el espíritu salga de esta dominación de la materia, requiere un esfuerzo tremendo. Este esfuerzo no es necesario para seres que viven en otros planetas. La materia de la tierra domina el espíritu de tal forma que los seres van tomando cuerpo vida tras vida aquí haciendo poco progreso. Por eso el Maestro Maruvu dice que los seres de la tierra necesitan un esfuerzo tremendo para salirse de la materia.
Por lo tanto, haciendo práctica durante un rato diariamente, no podemos pensar que vamos a transformarnos mucho. Nuestros esfuerzos son en su mayoría débiles. Hemos de ser muy ardientes en nuestra práctica.
Si una voluntad fuerte se canaliza de forma adecuada, puede hacer maravillas. Si se canaliza en la dirección equivocada, puede llevar a la destrucción. De modo que la canalización adecuada es importante.
No hemos de analizar las malas cualidades de los demás. Eso no sirve de nada y, de hecho, traerá esas cualidades en nosotros. Si ves y hablas de buenas cualidades, entonces estas se acumulan en ti.
Si hay algo que te está causando dolor interiormente, lo primero que uno ha de hacer es recordar al Señor. El recordar funciona como medicina. Da alivio inmediato a la persona. Si vas pensando en la razón de tu desesperación, entonces te lleva a la depresión. Esa es la razón por la cual mucha gente entra en depresión.
Recuerda que mientras estemos en el cuerpo, habrá problemas. Es ignorancia pensar que podremos empezar las prácticas relacionadas con la meditación después de que se resuelvan los problemas.
Generalmente, la mayoría de enfermedades empiezan en el estómago, después alcanzan el corazón, y después la cabeza. Por ejemplo, si alguien tiene diabetes, gradualmente el corazón se afecta y gradualmente se alcanza la cabeza después. El centro de conciencia es la cabeza. Por eso se dice que hemos de pronunciar OM tres veces. No se nos dice que pronunciemos OM solamente 2 veces o una vez.
Asociar la mente con la respiración ayudará a la mente a estar en el sendero de retorno, a viajar hacia el interior. Con el tiempo, alcanzará el corazón. Una vez alcances el corazón, olvidarás lo exterior durante algún tiempo. Hemos de hacer respiraciones profundas 3 veces. La primera vez hemos de recordar la parte del cuerpo por debajo del estómago. La segunda recordar la parte por encima del estómago, y la tercera en la cabeza.
Los rituales se dan como una forma para que veamos al Señor en nosotros. Por eso el tiempo de cantar stotras es generalmente mayor que la porción del tiempo asociada con el ritual mismo.
La luna llena y la luna nueva son momentos importantes. La luna nueva es el principio y la luna llena son los momentos finales. Los Maestros de Sabiduría nos dijeron que estarían disponibles durante las 12 horas alrededor de la luna llena para guiarnos. En la luna llena el sol y la luna están a 180 grados el uno del otro. Este es un tiempo importante. Hemos de recordar estos momentos: las últimas 6 horas antes de que termine la luna llena y las 6 horas inmediatamente después de la luna llena son tiempos importantes. Puesto que los Maestros de Sabiduría prometieron que estarían disponibles para nosotros durante estos momentos.
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