Buda dijo a sus seguidores:
“Oh monjes, un hombre está de viaje. Él llega a una enorme extensión de agua. En este lado, la orilla es peligrosa, pero en el otro se está a salvo y sin peligro.
No hay barco que lleve a la otra orilla que es segura y sin peligro, tampoco hay puente para cruzar. Él se dice: “Este mar de agua es enorme, y la orilla en este lado es muy peligrosa; pero en la otra orilla se está seguro y sin peligro. Sería bueno entonces si yo juntara madera, ramas, y hojas para hacer una balsa, y con la ayuda de la balsa cruzar con seguridad al otro lado, ayudándome con mis manos y pies”.
Entonces aquel hombre juntó madera, ramas y hojas e hizo una balsa, y con la ayuda de esta balsa cruzó a salvo al otro lado.
Habiendo atravesado y alcanzado el otro lado, él pensó: “Esta balsa fue de gran ayuda para mí. Con ella he cruzado a salvo a este lado. Sería bueno si llevo esta balsa sobre mi cabeza o mi espalda a cualquier parte donde vaya”.
Buda preguntó a sus seguidores:
Que pensarían, Oh monjes, si él actuara de este modo. ¿Consideran esto actuar correctamente con respecto a la balsa?
-“No, señor”.
¿En qué forma, entonces, actuaría él correctamente con respeto a la balsa?
Habiendo cruzado y alcanzado el otro lado, supongan que aquel hombre debiera pensar: “Esta balsa fue de gran utilidad para mí. Con su ayuda he cruzado a salvo a este lado. Estaría bien si la encallara en la orilla, o la atara y la dejara a flote, y luego sigo mi camino”. Actuando aquel hombre de esta forma, actúa correctamente con respecto a la balsa.
De igual modo, Oh monjes, he enseñado una doctrina similar a una balsa – es para atravesar, y no para llevarla. Ustedes entendiendo que la enseñanza es similar a una balsa, deberían dejar el apego incluso hacia el Dharma; y cuanto más entonces deberían dejar las cosas malas”.
Nota: En la famosa parábola de la balsa, Buda muestra el punto que, después de utilizar la provisoria balsa del Dharma para transportarse a la “Otra Orilla” del Nirvana, el adepto seguramente no pondría la balsa sobre su cabeza y se la llevaría; más bien, ya que la balsa había servido para su propósito, la abandonaría sobre la playa. Y tal como la balsa del Dharma debía ser usada para atravesar, y no para ser conservada, entonces el adepto debe eventualmente abandonar hasta los objetos mentales correctos (como el deseo de tranquilidad y entendimiento), sin hablar de los incorrectos.
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One Response
ANA ARMAS
GRACIAS !!! GRACIAS !!!