Una Clave y una Advertencia

kumar

Compartir y distribuir es la palabra clave de todo sanador que busca aprender a curar espiritualmente. En los artículos anteriores se han dado algunas leyes y técnicas de curación. Pero para que funcionen estas leyes y técnicas que tienen un patrón definido de curación, el curador también tiene que adoptar una forma de vida. Curar es una forma de vida. Ella demanda pureza del curador en el plano físico, emocional y mental. También requiere que el curador tenga compasión, comprensión y amor por los enfermos.

Además, requiere estar dispuesto a curar sin importar las horas asignadas para las prácticas. La curación tiene que ser el objetivo y la actividad principal de la vida. Las otras actividades de la vida tendrán que estar subordinadas a la actividad de curación. En otras palabras, la actividad de curar exige dedicación.

Volvamos al concepto de compartir y distribuir. Este concepto es la nota clave del bienestar general de todo ser humano. Esta cualidad es especialmente requerida en el caso de un curador. “Sólo mediante la correcta distribución de la energía se curarán los males del cuerpo del hombre.” Esta es una ley. El curador necesita las energías curativas no sólo para su bienestar, sino también para el bienestar de aquellos cuya salud depende de él. Así, el compartir y distribuir constituyen el principio fundamental de toda curación espiritual.

El curador necesita asegurarse de compartir todo lo que se le da a favor de dar apoyo y ayuda a la vida. En la medida que cura mucho, acumula a su alrededor en los tres planos. Debe asegurarse de compartir con personas menos afortunadas lo que acumula. Debe soltar, no aferrarse. Cuanto más suelte, más recibirá de los planos superiores. Por lo tanto, se le aconseja debidamente que comparta el material acumulado a su alrededor, que comparta adecuadamente las emociones con los niños y semejantes. Que comparta pensamientos nobles, bien iluminados con las personas afines a él y que comparta la sabiduría de la curación. También haría bien en impartir esa sabiduría y forma de vida a aquellos que se sienten inclinados a aprender de él.

Por consiguiente, un curador necesita ser un distribuidor de riqueza, de salud y de sabiduría. Estos son ciertos fundamentos que debemos recapitular intermitentemente para que en el camino no se produzca digresión, desviación e incluso regresión. El verdadero curador se mantiene sencillo en su estilo de vida. Para decirlo teosóficamente, en la vida de un curador la voluntad espiritual debe dominar lenta y gradualmente a la voluntad personal egoísta.

Por medio de las descripciones dadas, el lector habrá entendido que las leyes de la curación son relativamente sencillas y que el curador puede hacerlo bien si sencillamente se adapta a la forma de vida requerida para un curador. Hoy en día muchos están interesados en técnicas y no están tan interesados en los estilos de vida. A menos que uno se interese por esto último, más bien se le aconseja que se mantenga alejado de la curación, no sea que pueda entrar en contacto con las enfermedades de los pacientes al intentar curarlos.

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Siguiendo Juan Angel Moliterni:

Instructor Espiritual de la Ciencia Iniciática, Canalizador, Reiki Ascensional Claridad, Ciencia Astrológica, Músico Arteosofia.

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