por Sri K. Parvathi Kumar
El Maestro CVV nació el día 4 de agosto de 1868 en Kumbhakonam (sur de la India), como hijo de Sri Kuppuswamy y de Smt. Kamalamma. Su familia se trasladó del estado de Andhra Pradesh a Kumbhakonam, estableciéndose allí durante el reinado de la dinastía Vijayanagar. Era una familia de clase media de brahmanes que tradicionalmente se ocupaban de trabajos administrativos. Hizo el ritual de iniciación a la vida espiritual (Upanayana) cuando tenía 5 años.
Estudió en Kumbhakonam y luego en Srirangam. Se casó por primera vez a los 12 años y tuvo varios hijos e hijas. Después de la muerte de su primera mujer, con la que llevó una vida de familia a la manera tradicional ortodoxa, se casó por segunda vez a los 38 años, empezando a abrir su Ojo de Luz de ese año en adelante y dándose cuenta que la gente se sentía influenciada por medio de su presencia.
Empezó a darse cuenta de la composición y el funcionamiento de sus varios cuerpos o vehículos densos y sutiles, llegando a comprender el propósito de cada uno de ellos. Empezó entonces a hablar de estas cosas a la gente con la que se relacionaba y había algunas personas que empezaron a ver en él a un guía, a un líder y a un Maestro.
Paulatinamente demostró y empezó a enseñar cómo el hombre se puede transformar en Maestro y elevar las unidades de la materia hasta el nivel de Maestro. Hizo que se despertara el Maestro en el interior de su mujer, haciéndole ver todo lo que él veía. Le enseñó, la guió y le hizo superarse hasta que ella fue capaz de ver todo lo que él veía y empezó a trabajar como Mediadora suya y como su primer discípulo.
El hacía que ella entrara en estados más conscientes del normal, y con la información que ésta le suministraba, podía enterarse de ciertos secretos de la Naturaleza a través de lo que ella percibía. La enviaba a los diversos niveles planetarios de la Tierra, y él tomaba notas acerca del curso de la Tierra en lo referente a la evolución. De este modo pudo tomar nota de cómo hace la Tierra para que los átomos se transformen en materia y de cómo la materia se convierte en ser humano, así como también pudo registrar cómo el ser humano dirige la materia y el tiempo para evolucionar y convertirse en Maestro.
Podía también enviar a su esposa Venkamma a niveles de conciencia solares y cósmicos: la conciencia cósmica que hace que las galaxias estén flotando en la objetividad y vuelvan de nuevo a fundirse en la subjetividad. Le hizo sentir la música de la creación mediante los planos de conciencia planetarios, solares y cósmicos.
Demostró que la energía auto-dirigida de la conciencia de esta Tierra se mueve en espiral y le dio el nombre de Kundalini de la Tierra. Así también pudo tomar nota acerca del funcionamiento de la Kundalini Solar y Cósmica, y fue capaz de unir entre sí estos tres recorridos o senderos de conciencia en secuencia, enseñando a sus discípulos el camino para llegar a ellas en sucesivos pasos.
Una noche del año 1910 se produjo un gran resplandor de luz que iluminó, como si fuera un relámpago, toda su casa. Era la luz del Cometa Halley. Esta luz iluminó por completo todo su cuerpo. Todos los vecinos, creyendo que se trataba de un rayo, corrieron apresuradamente a la casa del Maestro y lo encontraron sentado tranquilamente en meditación. Desde aquel momento empezaron a sentir su presencia como si hubiera un gran imán en medio de ellos. Todos aquellos que venían a su presencia empezaban a sentir la musa de la meditación y entraban en estado de éxtasis, creyendo después que aquello se debía a algún truco de magia.
Cuando el Maestro paseaba por las calles de Kumbhakonam, toda la gente sentía alegría al verlo, y dejando de lado lo que estaban haciendo, se levantaban llenos de gozo para mirarlo hasta que desaparecía de su vista. Muchos fueron los prodigios que la gente pudo ver en aquellos días mientras el Maestro se iba estableciendo más y más en su propia forma.
Siguiendo el plan que tenía, seleccionó a un grupo de personas, haciendo que fueran transmisores de la Luz y de la Conciencia del MAESTRO. Empezó este trabajo el 29 de mayo de 1910, preparando el primer grupo de personas a los que llamó los Mediadores del MAESTRO. Estableció la comunicación entre EL MAESTRO y sus Mediadores haciendo que los sentidos de la conciencia de estos últimos sirvieran de medio de comunicación.
Dio los sonidos CVV (sí/ví/ví) como Mantram para invocar al MAESTRO, y la invocación “NAMASKARAMS MASTER CVV” para ser pronunciada una vez por la mañana y otra vez por la tarde a las 6 en punto. Esto es lo que nosotros seguimos haciendo también hasta el día de hoy.
Desde entonces, el 29 de mayo de 1910 es una fecha sagrada para nosotros, y la rememoramos cada año con el nombre de “EL MAY CALL DAY”, reuniéndonos e invocando la presencia del MAESTRO para que se haga realidad en nosotros.
Un gran ser que quería trabajar para el Maestro, descendió y nació en el seno de su familia. Le pusieron por nombre Chandu, y mientras estaba en el vientre materno, le enseñaba mentalmente a su madre muchas cosas referentes al sendero de yoga. El niño, ya desde que tenía 2 meses de edad, le pedía a su padre leche de manteca para beber y con frecuencia solía entrar en estado de meditación. Padre e hijo tenían entre sí frecuentes conversaciones a nivel mental, y muchos Maestros de los Himalayas y de otros lugares solían venir a visitarlos. La gente de la casa solía oír de pasada conversaciones que tenían lugar en la habitación cuando padre e hijo hablaban con estos seres elevados.
El Maestro hizo muchos milagros ante aquellos que lo seguían. Curó a muchas personas, y la gente quedaba liberada de muchas enfermedades incurables.
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Enseñó a sus discípulos cómo purificar sus vehículos durante la meditación, y cuando los vehículos superiores están purificados y libres de la reacción en cadena de causa-efecto, pueden vivir a lo largo de un período bastante prolongado de siglos.
El Maestro enseñaba que para practicar el yoga no se necesita prescindir del matrimonio, ni tampoco irse a vivir a los bosques, lejos del resto de la humanidad. Todos podemos hacernos perfectos mediante este proceso de yoga que el nos enseñó, mientras vivimos en el mundo y cumplimos con nuestras obligaciones para con la familia y para con la sociedad.
El Maestro solía decir con frecuencia lo siguiente: “Reparar el vehículo durante la noche y vivir en el durante el día”. Esto significa que cada uno tiene que rectificar su mente, sus sentidos y sus vehículos o cuerpos en el plano subjetivo, y al mismo tiempo seguir viviendo en el mundo objetivo cumpliendo con su deber.
Todos podemos quedar liberados del karma pasado por medio de nuestro cuerpo y llevar una vida de Maestro. No es cierto que todos tengamos que sufrir las consecuencias de nuestro karma pasado.
El Maestro nos enseñó también que lo más importante para vivir el yoga no es precisamente la práctica de las reglas científicas de la ciencia del yoga, sino servir a la humanidad y practicar el amor. Curar a los enfermos y ayudar a los que sufren es lo que nos hace avanzar en el sendero del yoga. Sólo entonces podremos tener éxito en nuestras prácticas de yoga y sólo entonces podremos aspirar a llegar a la perfección, a una vida de perfección que se alcanza no ya después de la muerte, sino mientras se vive físicamente. La perfección es vida y no tiene nada que ver con la muerte.
El hombre perfecto sigue viviendo incluso después de dejar su cuerpo físico y puede de nuevo tomar cuerpo a voluntad y no por obligación. La muerte es tan sólo un incidente que pertenece a la materia física, pero no al ser o a la persona como tal. En este yoga no es preciso concentrar la mente, sino que lo que se necesita es que la mente inferior quede absorbida en la conciencia superior. En lugar de intentar concentrar su mente, el estudiante de yoga tiene tan sólo que pensar en el Maestro y él lo eleva al estado de meditación, de continuidad y de unidad con toda la creación.
Para practicar este yoga y purificar nuestros vehículos, no es necesario que uno lleve a cabo austeridades y mortificaciones como el ayuno. Uno tiene que comer porque el cuerpo necesita el alimento, pero ha de saber cuándo es por necesidad y cuándo por capricho. Uno ha de formar una familia y educar a los hijos para que sean auténticos yoghis. Uno recibe el aprendizaje necesario con el hecho de convivir con su mujer o marido, con sus hijos y con los que tiene a su alrededor. Quien no es capaz de educar bien a sus hijos no puede tampoco formar a sus discípulos. El Amor es el lazo común de unión.
La luz del hombre desciende a la Tierra para contribuir al proceso de la evolución. La evolución pasa por el estadio del átomo físico de esta Tierra, llegando al estadio de ser humano y al estadio en que el ser humano se convierte en Maestro. Esta evolución pasa por los estadios de mineral, vegetal, animal y ser humano. La evolución es la escalera de ascenso a la conciencia de la Tierra. El camino del Maestro es un camino de descenso del ser humano hasta la materia. Este es el camino del Avatar.
Todos los Avatares descendieron a la Tierra para establecer la Ley. El Yoga es el lazo de unión. El sendero de yoga del Maestro hace del hombre un Maestro y lo convierte en Maestro del destino del átomo. El sistema solar es la semilla del árbol del universo. La constitución del ser humano es la semilla del sistema solar y contiene todas sus potencialidades, incluyendo la actividad planetaria y solar. Si se la estimula mediante el Yoga, la semilla del ser humano germina y crece, llegando a convertirse en un árbol de conciencia solar y cósmica. Esto forma parte del proceso. La meta es vivir el Yoga en la vida diaria, y cuando esto se experimenta, se tiene la experiencia simultánea de todos los planos de conciencia que existen en el ser humano.
Que el Maestro les otorgue la gracia a todos y que alcancen lo Divino. Que la realización sea mi logro. La realización es el objetivo final para cada uno de nosotros. El propósito de la tierra es cuidar a todos los seres y ayudarlos a evolucionar. Nosotros también deberíamos permanecer en servicio a los semejantes y a medida que avanzamos en el sendero, deberíamos ayudar a otros en el sendero.
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One Response
GLORIA LIBREROS
MUY EDIFICANTE CON BUEN SENTIDO DE LA DIRECCION DEL COMPORTAMIENTO HUMANO, QUE SIEMPRE NOS VAMOS A LOS EXTREMOS. MUY AGADECIDA