por Jeff Foster
“Yo elijo” es una bonita historia, urdida por un narrador que se crea a sí mismo eligiendo. La idea de elección es la raíz misma de la violencia, de la separación, del narcisismo y, por tanto, del sufrimiento. La idea de elección implica la existencia de un individuo que está separado de la vida y que, de algún modo, al elegirla, crea su propia vida.
¡Qué egoísta es pensar siquiera en que puedo hacerlo! ¡No neguemos, pues, la aparente elección! ¡Qué divertido parecer elegir ir al cine, leer cierto libro o dar un paseo por el parque! ¡El mundo no es más que un juego de aparentes elecciones!
¿Acaso puedes elegir pensar o no pensar en esto? ¿Qué debo hacer con mi vida? Haz lo que haces, eso es todo lo que tienes que hacer con tu vida.
Puedo afirmar que controlo todo lo que ocurre, o bien que no tengo el menor control, y no soy más que una víctima del destino. Entre ambos opuestos discurre todo el drama del ser humano.
¡Qué maravilla! La vida se despliega ahora y todo discurre exactamente como debe y en el mismo instante en que debe hacerlo. ¡Esa es la libertad!
¿Qué deberíamos buscar si no hubiera ningún problema con nuestra vida presente? El mensaje de la no-dualidad es que la búsqueda de la Unidad, de la liberación, de Dios, de la paz perfecta, de la felicidad perfecta –y de miles y miles de otros objetivos diferentes– no es más que un intento de huir de lo que realmente está ocurriendo, porque el “yo”, el buscador, el que quiere ser libre y el que tanto se empeña en alcanzar la liberación y la Unidad, emerge ya de la liberación y de la Unidad.
“¿Por qué ha tenido que sucederme a mí?”. Lo que implica que no quiero que suceda. ¡Pero lo cierto es que está sucediendo! ¡Todo está sucediendo ahora! Y eso no implica ningún problema hasta que quieres desembarazarte de ello y, en el intento de liberarte, creas el “yo”. ¿Qué es el “yo”, si no la resistencia a esto? Pero la mente no puede aceptar esto.
Este momento es todo lo que hay. ¡Esto es todo lo que tenemos! Pero la mente no quiere escucharlo, porque tiene demasiados proyectos y necesita un futuro para liberarse, mejorar y ser feliz. La mente no quiere detenerse. Quiere seguir, esforzarse, tratar de liberarse y de ser feliz. Y todo eso está muy bien… hasta que deja de estarlo.
En un determinado momento, para este personaje todo eso dejó de ser útil. ¿Implica eso el esfuerzo de vivir en el presente? De ese modo, vivir en el presente se convierte en otra forma de búsqueda (esfuerzo). Siempre estás viviendo en el momento presente. Este momento ya es.
¡Jamás podemos dejar de vivir en el momento! Lo que sucede, sucede. Ese no es el problema. Pero la misma idea de mejorar no es más que otra lucha, otra carga. ¡Y, en el intento de mejorarnos a nosotros mismos y de liberarnos, estamos creando nuestros propios yoes!
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