Dios Madre

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La belleza de Dios Madre se manifiesta en la exuberante naturaleza y su infinita variedad de formas. Toda la creación es un juego de fuerzas entre el Espíritu y la Materia o entre el Padre Celestial y la Madre Divina. En la tradición Védica la Madre es la Naturaleza y también es el Fuego o la Conciencia que la anima. En Occidente lo concebimos como una Trinidad y entonces el Padre es el Espíritu, la Conciencia es el Hijo y la Sustancia, la Madre.

Lamentablemente en nuestra tradición espiritual al principio materno de la creación se le llamó Espíritu Santo y de alguna forma se hizo masculino en la psiquis humana. Cuando veo que algunos espiritualistas no pueden reconocer a Dios en la materia pienso que es consecuencia de ese gran pensamiento forma que ha moldeado la psiquis occidental haciéndonos creer que todo lo que tiene que ver con Dios es masculino y solo pertenece al reino del Espíritu. Tanto lo femenino como la sustancia quedan relegadas a un nivel inferior porque no reconocemos que, sin un contenedor, sin la sustancia, el espíritu no se puede manifestar. No reconocemos que Dios es Padre y es Madre, que es Espíritu y es Materia. Precisamente la palabra clave desde el ángulo del alma del signo de Virgo dice así: “Soy la Madre y el Hijo, soy Dios, soy Materia”.

Cuando reconocemos a la Madre, que es la sustancia primordial del universo se nos devela todo un Cosmos de infinitas variedades en donde podemos encontrar lo divino en una estrella al igual que en una piedra o en una gota de rocío. Todo depende del estado de nuestra conciencia y la transparencia o pureza de nuestra percepción que nos deja ver a Dios en todo lo creado.

La creación es masculina y femenina. Dios tiene los dos principios al igual que la Creación. Estos principios se expresan en el dar y el recibir, o en el soporte y la acción. Estos principios, que son la danza eterna de la creación, se manifiestan en todos los planos y al expresarse a través de la humanidad lo hacen como hombre o como mujer. Cada hombre en su interior tiene una parte femenina y cada mujer, una parte masculina. Porque todos damos y recibimos, apoyamos y actuamos.

En la historia de Adán y Eva, como todas las historias que nos hablan del génesis que son simbólicas y no literales, Eva surge de la costilla de Adán. Adán representa a la humanidad y Eva es parte de Adán. Es el humano que tiene los dos principios en su naturaleza y cuando se manifiesta por medio de un cuerpo de carne y hueso lo hace como hombre o como mujer.

Cuando las escrituras son mal interpretadas ocasionan mucho sufrimiento y creo que la interpretación literal de esta historia es la que más daño le ha hecho a la mujer. Nos echan la culpa de una caída que era parte del Plan de la Creación, que simbolizó la entrada del espíritu humano a la materia más densa al adquirir, por medio de la fruta del árbol del bien y del mal el poder de discernir, la mente y de esta manera, dar inicio al sendero de evolución del alma humana en la Tierra.

Venerar la Naturaleza es tan importante como venerar al Padre. Si condenamos la naturaleza quedamos prisioneros de ella. La tradición dice que primero hay que venerar a la Madre y entonces ella te permite atravesar cada uno de los planos, te lleva de la mano y te entrega al Padre. A nivel humano es la madre que prepara al niño en su infancia; ella es la que puede, en las etapas más tiernas, sembrar en él las tendencias futuras. Eso fue lo que hizo la Madre de Jesús, preparó al Hijo y se lo entregó a la Humanidad. Y cuando el Hijo fue a partir, allí en la cruz se la entregó a Juan, su discípulo amado, diciéndole: “Madre, he ahí a tu hijo; Hijo, he ahí a tu Madre”; uno de los grandes símbolos que nos dejó la historia del Calvario.

El Maestro Kumar dice que aquel que se olvida de su madre no puede esperar nada en términos de expansión de conciencia.

“La injusticia hecha a la mujer es una injusticia hecha a la Naturaleza que se nos devuelve y nos ata. La injusticia hecha a la naturaleza del planeta nos ata al planeta. La Naturaleza está en funcionamiento dentro y fuera de nosotros y tenemos que aprender a respetarla. Lo femenino en el plano físico es simbólico de esa Naturaleza. Y si esta humanidad tiene que elevarse, solo puede ocurrir mediante la mujer. Es la pureza de la mujer la que dará pie a la encarnación de almas elevadas. Y si los Maestros tienen que nacer en el plano físico, necesitan mujeres de elevada pureza” (Un Entendimiento Claro del Hombre y la Mujer, K.P. Kumar).

Ella, La Madre que es Dios en la Materia, que es la Sustancia Primordial, es la que nos permite la gran oportunidad de la experiencia que es la llave que abre las puertas a los planos más sublimes de la creación. La mente nos marca el sendero, pero la experiencia nos permite transitarlo.

La materia cambia de forma, pero es eterna. A veces es energía, a veces materia sólida, pero es indestructible. Si te conectas con esa fuerza sutil que impregna todo, con esa vida que está detrás de todo lo creado puedes beber la esencia inmortal y embriagarte con su divino elixir. Una vez me conecté con una brillante estrella y sentí que la vida del espacio estaba en mí con tanta fuerza que aquella estrella era la luz de uno de mis átomos. La miré y dejé que su luz y mi luz se hicieran una.

De la misma manera lo puedes hacer con todos los elementos que la Naturaleza te ofrece. Con el sol puedes descubrir el fuego que habita en ti, con el mar sentir las infinitas corrientes de vida que circulan en tu interior, con el viento puedes volar por tus espacios internos que son cósmicos.

La Madre Divina siempre te acompaña en cada una de sus manifestaciones. Que puedas percibir su sagrada presencia y vivir bajo su protección, es mi más ferviente deseo.

Con el amor de siempre,

Carmen Santiago

Compartiendo Comprensiones.

Afirmemos con toda nuestra fuerza y con la certeza que el corazón da, “LOS HIJOS DE LOS HOMBRES SON UNO Y YO SOY UNO CON ELLOS”, así comienza diciendo el Mantram de Unificación y sosteniendo firmemente con la mente y los corazones unidos, esta poderosa afirmación, salgamos del espejismo mayor, de la mentira más perniciosa, “el espejismo de la separación”.

La Sra. Helena Petrovna Blavatsky nos enseñó que el más grande espejismo, la mayor herejía era “creer que estamos separados”. Ella no fue la primera que hablo de la irremediable unidad de todos los seres humanos. En las cosmogonías ancestrales cuyos testimonios han llegado a nuestros días se habla de la “unidad de la vida”, en la filosofía Ubuntu de África se dice que todos estamos tan unidos, que no habrá felicidad para uno, si hay otro humano que sufre la vulneración de sus derechos.

Por otro lado, la unidad inexorable de todos los seres humanos, se recordaba en la sabia cultura maya, en el saludo de cada día, cuando se veían, uno le decía al otro, IN LAK’ECH que quiere decir “yo soy otro tú” y el saludo se contestaba HALA KEN “tú eres otro yo”, afirmando lo que la Vida nos intenta enseñar con todo lo que nos ocurre tanto a nivel personal como comunitario.

Cada vez que nos olvidamos de esta verdad, llega algo como la actual pandemia para mostrarnos que el “sálvese quien pueda” solo funciona en el cortoplacismo de las mentes miopes, y que “todos juntos podemos” es la verdad que, la ignorancia y su hijo dilecto el egoísmo, nos impiden ver.

“Que nadie juzgue a su hermano, si no ha caminado una milla dentro de su mocasín”. Nos enseña la cultura de los aborígenes del norte de la América total.

En esta hora de desafíos y de cambios algunos deseados y otros no, busquemos juntos “amarnos unos a los otros, como nos amamos a nosotros mismos. Este requiere la osadía de reconocer que soy imperfecto y por mi propia imperfección no puedo prometer no herir, por eso la oración también dice “busco curar y no herir”. Si no puedo prometer no herir a nadie más en mi vida, ¿con qué derecho me permito no perdonar al que me haya herido?

Busquemos juntos, el Gran Cambio, decidamos hoy “perdonar… para ser perdonados”, “Dar… para recibir” y no esperar a que me den, esperar a que me perdonen.

Con la certeza de que podemos.

Marta Paillet

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Siguiendo Juan Angel Moliterni:

Instructor Espiritual de la Ciencia Iniciática, Canalizador, Reiki Ascensional Claridad, Ciencia Astrológica, Músico Arteosofia.

La Hermandad Blanca Universal, la jerarquía espiritual de Maestros Ascendidos, transfiere una antorcha, una Luz, a aquéllos que deseen tomarla, que vayan a agarrarla con fuerza. La antorcha de la Síntesis de oriente y occidente, de los Valores apreciados, el conocimiento espiritual y la comprensión del Cosmos. Te invitamos a participar!

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2 Responses

  1. Carmen Fernández Pozo
    | Responder

    A Carmen Santiago y Marta Paillet, gracias infinitas en este momento de dolor por desmanes externos que no me hes fácil manejar y deseaba tener alguna causa de contraste y afirmación, que me ha llegado a través vuestro. Espero y deseo practicarlo, como un generoso regalo que de forma providencial me ha venido.
    Besos

  2. Marìa
    | Responder

    Gracias, por este artículo. Saludos.

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