Hijos míos, en esta época negra de materialismo, cantar un mantra (japa: repetición de una fórmula sagrada) es el método más sencillo para llegar a la purificación interior y a la concentración. Se puede llegar a realizar el japa (repetición del mantra) en cualquier momento y en todo lugar, sin tener que observar ninguna regla en lo referente a la pureza de la mente y del cuerpo. Podemos repetir nuestro mantra aun estando ocupados en alguna tarea, sea la que sea.
Decidirse a repetir el mantra un determinado número de veces al día nos ayudará a establecer en nosotros mismos la costumbre del japa. Deberíamos conservar siempre sobre nosotros un rosario (mala) para efectuar el japa. El rosario puede tener 108, 54 ó 18 perlas de distintos materiales como cristal, sándalo o piedras preciosas presididas por una perla principal (perla del maestro). Deberíamos decidirnos a cantar un determinado número de rosarios cada día. Hijos míos, cantemos siempre nuestro mantra en la mente mientras andamos, vamos de viaje o estamos trabajando. Podemos usar uno de los mantras de la divinidad que hayamos elegido, como “Om Namah Shivaya”, “Om Namo Bhagavate Vasudevaya”, “Om Namo Narayana”, “Hare Rama Hare Rama Rama Rama Hare Hare, Hare Krishna Hare Krishna Krishna Krishna Hare Hare”, “Hari Om”, “Om Parasakthi Namaha”, “Om Siva Shaktyaikya Rupinyai Namah”, o los nombres de Cristo, Alá o Buda.
Intenten no interrumpir ni un solo instante el canto de su mantra. Prosigan con la repetición de su mantra, sea cual sea la actividad en que anden ocupados. Al principio, no les será siempre posible cantar mentalmente el mantra; por tanto, practiquen el japa con los labios, moviéndolos incesantemente, como si fueran un pez que bebiera agua. Si perseveran en su japa, las conversaciones inútiles durante el trabajo ya no serán posibles. La mente permanecerá en calma. Las enfermedades contemporáneas son principalmente de origen psicosomático. El japa les traerá salud tanto a su mente como a su cuerpo.
Si una actividad no les deja cantar su mantra, oren así antes de empezarla: “Señor, concédeme tu bendición para que pueda realizar este trabajo de tal manera que te sea agradable”. Una vez concluida la actividad, oren de nuevo al Señor para que perdone las faltas que puedan haber cometido, consciente o inconscientemente, durante la misma.
Piensen con qué frenesí buscamos nuestro dinero si lo hemos perdido en un viaje. Igualmente, si no podemos realizar nuestro japa, aunque sólo sea por un breve instante, deberíamos decir así: “¡Ay, Señor, ¡cuánto tiempo he perdido!”. Con semejante ardor, incluso el tiempo dedicado al sueño no se habrá malgastado.
Hijos míos, si hemos perdido un millón de dólares, podemos recuperarlo. Pero si perdemos un segundo, no nos será devuelto. Cada instante en el que no nos acordemos de Dios representa para nosotros una pérdida.
Escribir al menos una página de mantras cada día es un buen ejercicio. Muchos se concentran mejor al escribir que al recitar. Miren de inculcar a sus hijos la costumbre de repetir y escribir con aplicación su mantra. Esta actividad contribuirá a mejorar su escritura. El cuaderno donde se haya escrito el manera no se debe dejar en cualquier sitio, sino que hay que guardarlo religiosamente en la habitación donde tenemos por costumbre meditar o rezar.
“La devoción real consiste en percibir la forma bienamada de Dios en cada ser vivo y, en consecuencia, servirlo”.
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La Madre Divina sólo escucha el lenguaje del corazón…
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One Response
Vivi
Estoy haciendo la meditación de 21 días de mantrans de Deva Premal. Es muy estimulante comenzar o finalizar cada día con un sagrado manteado que pervive en nuestra mente. Está en Spotify. Bendiciones.