Permanecer en Alineamiento Divino en todo momento es muy importante. El alineamiento divino no es un trabajo de media jornada. Debería ocurrir en todo momento y en todas las situaciones. Así pues, la transformación ocurre cuando esta práctica se realiza de forma continuada y en todo momento. Tú no puedes limitarla a algunas situaciones. A través de esta transformación, tu personalidad se convierte en una naturaleza divina. Y todas las impurezas del interior gradualmente se eliminan en el proceso. La personalidad tiene muchas impurezas en forma de ira, celos, orgullo, prejuicio, deseos indeseables, etc. Lord Krishna dice que no puedes eliminarlas todas por ti mismo y dice: “Entrégate a mí”. El alineamiento divino en todo momento no significa que empieces a actuar fuera de lo ordinario. Puedes permanecer ordinario afuera, mientras la práctica ocurre en el interior en silencio. Has de recordar que lo que ves y lo que oyes es divino. La forma puede que no parezca divina. El Señor está presente en todas las formas a pesar de que las formas parezcan ser diferentes cuando las ves. Es como un actor que está haciendo varios papeles en películas diferentes. ¿No recordamos acaso al actor aunque él no esté en su forma original y esté haciendo un papel con maquillaje en una película? Lo mismo debería ocurrir en este caso. Has de ver al Señor UNO en todo. Si no ves al Señor en todo, tu comportamiento sigue igual, te perturbas e irritas fácilmente. Entonces, todos los rituales y plegarias que haces son absolutamente inútiles. Además, te presentas como un mal ejemplo para los que todavía no han entrado en el sendero. Por lo tanto, esta práctica es muy importante. Hemos hablado de esto muchas veces pero sigo diciéndolo una y otra vez porque la práctica es la única vía hacia lo divino, nos desviamos fácilmente de la práctica y por eso recordar es muy importante. Escuchar conferencias o simplemente hacer plegarias no nos ayudará.
Uno puede permanecer cómodo y pacífico solamente si está en paz interiormente. Las comodidades objetivas nunca pueden satisfacerte hasta que no estés cómodo interiormente. Incluso si tienes arreglos muy cómodos en tu habitación y piensas en descansar, un pensamiento innecesario puede sacarte de toda tu comodidad y paz. Incluso si no hay comodidad en la objetividad, un pensamiento divino puede darte paz. Estos pensamientos ayudan a estabilizar la mente. Meditando en cosas estables como el cielo, el océano, una hermosa montaña, dan estabilidad a la mente. Si observas cosas inestables, tu mente también se hace inestable. Visualizar una forma hermosa del Señor nos da estabilidad de mente. Ningún otro pensamiento vendrá a tu mente si visualizas de esta forma. Sin estabilidad, no hay comodidad. La mayor parte del tiempo los deseos que tenemos perturban nuestra mente y no hay comodidad. Pensamos que este o ese objeto nos dará comodidad pero, de hecho, ese mismo pensamiento ha perturbado tu paz. Es debido a que un deseo llevará a otro deseo y no hay un punto en el que se pare. Es ignorancia pensar que obtener tal y tal objeto nos ayudará a llevar una vida cómoda para siempre. Una comprensión así es fundamentalmente errónea. Por eso la gente va llorando por objetos que uno piensa que le darán comodidad. Si algo que piensas que te dará comodidad te hace llorar o ir detrás de él o te perturba, ¿no habrá algo erróneo en tu concepto de comodidad? Lo que se dice es que la única forma de estar cómodo en todo momento es permanecer en paz interiormente. Esto es posible viendo al Señor en toda persona y en todo. Has de ver el juego divino ocurriendo a tu alrededor. Entonces, nada te perturba. Serás feliz viendo cualquier cosa y viéndolo todo y en todas situaciones. Lo que tengas o no tengas en la objetividad ya no importará más. El comportamiento de la gente a tu alrededor, puede ser bueno o malo, pero no importa porque siempre estás viendo al UNO. AQUELLO es la única identidad verdadera. Todas las demás identidades son identidades equivocadas.
El hombre con su voluntad, conocimiento y acción lleva su vida de forma limitada. Pero cuando el mismo hombre empieza a venerar al Señor con devoción, la voluntad Divina, el conocimiento y las acciones se anteponen a nuestra voluntad, conocimiento y acción personales, y gradualmente la vida transcurre de forma esplendorosa. Para que eso ocurra, la práctica más importante que se nos da es permanecer en alineamiento Divino en todo momento. Esto es el verle dentro y fuera de nosotros en cada uno y en todas las situaciones. En el proceso, nos damos cuenta de nuestra verdadera identidad. Nos damos cuenta de que nuestra existencia no es real y que es el Señor mismo el que está existiendo como cada uno de nosotros. Todo en esta creación pertenece al Señor. Nos damos cuenta de esta gran verdad en este proceso. Pensamos que la inteligencia nos pertenece, que el cuerpo nos pertenece, que la vida nos pertenece, pero la verdad es que todo le pertenece a EL. Si pensamos que todo esto nos pertenece, el Señor simplemente nos sonríe sabiendo que nos daremos cuenta de la verdad algún día tal como un padre sonríe cuando el niño recoge un objeto que le pertenece al padre y dice, “esto es mío”. Así, uno permanece en Yoga tanto tiempo como recuerde que YO SOY AQUELLO. ¿Qué recordamos cuando nos vemos en un espejo? ¿Recuerdas que eres una entidad Divina o recuerdas tu nombre y otras identidades? Solamente si eres capaz de ver lo Divino en ti en todo momento, eres un devoto. Recuerda que la verdad de YO SOY AQUELLO es la prueba de la devoción. Quizás estés haciendo muchas plegarias, meditaciones y rituales, pero se convierten en trabajo extenuante sin mucho fruto si no recuerdas esta verdad en todo momento. Si tú recuerdas esto y haces todo aquello, entonces esas actividades se hacen muy fructíferas. Cada mañana, cuando empezamos nuestro día, hemos de recordar esta verdad. Si fracasamos por la mañana, casi siempre fracasamos durante el resto del día.
Todos los seres son Hijos de Dios. Eso es lo que Krishna El Señor dice en el Bhagawad Gita: “Cada ser en esta creación es mi entidad”. Así pues, hemos recordar que cada uno es AQUELLO y AQUELLO es la única causa de todo lo que ocurre en la creación. Un Yogui ve esta creación como un juego del Señor. Por eso, él no está afectado por ninguna situación. Si tú empiezas a ver lo Divino en lugar de otras identidades y comportamientos, lo Divino empieza a respondernos incluso a través de ellos. De otro modo, nos quedamos atascados en muchas opiniones. Hemos de recordar que esta vida es como una obra de teatro o película donde todos los seres hacen diferentes papeles. En esta vida, tenemos un papel con un nombre, forma, relaciones, etc. Pero el papel cambia en la próxima vida. Además, tenemos que salir de nuestro papel conscientemente diariamente antes de ir a dormir. Y durante el día, tenemos que ver lo Divino dentro de nosotros y en los que nos rodean. Sin esta práctica, si haces muchas cosas en nombre del Yoga o devoción, es inútil. Un actor hace diferentes papeles durante las obras de teatro, pero el recordará que él no es ninguno de esos papeles. Él se retira de esos papeles cuando la obra termina. El no continua con el mismo personaje fuera del escenario. Todos los pensamientos e identidades son temporales. Para darse cuenta de esto, debemos pasar algún tiempo pensando acerca de “¿Quién SOY YO?”. Entonces podremos retirarnos de nuestras falsas identidades. La veneración que hacemos por la mañana es una forma de alinearnos con la Divinidad para poder permanecer en ese alineamiento para el resto del día.
La veneración no es para pedirle al Señor que realice nuestros deseos. La veneración es para el alineamiento con el Señor en el interior. Es para someterse uno mismo y nuestra personalidad a lo Divino diariamente. Es como programar un instrumento a error cero. En todo lo que ocurre durante la plegaria y el canto, ha de ocurrir este alineamiento. Si no hay alineamiento, el canto de no es fructífero. Una vez ocurre el alineamiento, entonces podemos ver lo Divino en otros también durante todo el resto del día. Nos relacionaremos con todos de forma adecuada según la situación sin estar afectados por los gustos y aversiones de nuestra personalidad. Cada día, lo que ocurre es que pensamos que muchas cosas nos pertenecen, que de hecho no nos pertenecen. Todas esas cosas se nos dan solamente para hacer nuestro papel. El maquillaje y otros objetos que se nos dan para el papel han de devolverse una vez la obra termina. No podemos llevárnoslos fuera del escenario. Se nos dan solamente para hacer el papel de forma adecuada (Dharma). Cada noche, hemos quitarnos todo el maquillaje y simplemente permanecer con nuestra verdadera identidad porque no hay nada más que existencia durante el sueño. En una obra, si estás haciendo el papel de Rama, ¿piensas que eres realmente Rama? ¿No recuerdas que estás haciendo el papel de Rama? Lo mismo debería ser el caso con este cuerpo y las identidades asociadas con él.
El Señor en forma de Tiempo te trae una personalidad y situaciones según lo que has desarrollado en el pasado. Te involucras en varias situaciones según lo que has hecho en el pasado. Recoges lo que siembras. No puedes preguntarte el por qué me ha tocado esto. Es la consecuencia de tus acciones pasadas. No podemos llorar por lo que nos ha tocado ahora. Deberíamos estar preocupados por lo que hemos de hacer ahora. Puedes trabajar para desarrollar buenas cualidades para que las cualidades indeseables que tienes sean eliminadas gradualmente. El Señor está presente en la forma y por encima de la forma como un principio sin forma. Si empiezas a ver al Señor en forma primero, podrás ver al Señor como un principio sin forma gradualmente. Hemos de intentar ver las buenas cualidades en los demás y elogiar sus buenas cualidades. De esa forma, el Señor en la otra persona estará complacido. No caerás en la ilusión creada por la naturaleza. La veneración que se nos recomienda por la mañana y la noche es para este recordar. Puedes visualizar que estás durmiendo a los pies del Señor en algún templo. Todo este recordatorio nos ayuda a retirarnos de este mundo gradualmente y elimina los apegos que podamos tener.
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